martes, 15 de abril de 2014

Mercado flotante de Cai Rang

El día de hoy amaneció muy temprano para mi gusto. Las 6 de la mañana no es hora para despertarse cuando uno está de vacaciones, pero merece la pena cuando se trata de visitar uno de los mas famosos mercados flotantes del río Mekong. Este se desarrolla por la manana temprano, desde las 4 en adelante y hasta que los comerciantes terminan con las existencias de mercancía.




 



En su origen los granjeros traían los productos que cultivaban desde su remotas villas en la selva, a través de los intrincados canales y remontando el río mekong hasta este punto de intercambio. Y lo hacían en su barquitas primitivas, a remo y no con los barcos a motor diesel actuales. Tardaban varios días y se quedaban el tiempo necesario para vender su genero, adquirir el necesario de otros comerciantes y volver igual de cargados a sus aldeas.



En la actualidad, mucho de este comercio sigue vigente, lo que le da un carácter mas auténtico que el de otros mercados flotantes que hemos visitado, por ejemplo en Tailandia. Si bien, las cada vez mas frecuentes excursiones de turistas estan haciendo proliferar otro tipo de barcas mercantes, cargadas de bebidas y refrescos, souvenirs y fruta pelada. Las grandes barcazas llenas de frutas, mayormente cocos, piñas y calabazas, estan siendo sustituidas por barcos llenos de grava y ladrillo, y dentro de poco los hoteles a la rivera del río terminaran de transformar el paisaje y este increible mercado flotante, pero por el momento sigue siendo tan auténtico como lo era hace cientos de años.

El nombre de Cai Rang significa dientes de cocodrilo en Vietnamita, según nos contó nuestro guia. En tiempos antiguos este río estaba infestado de estos reptiles, uno de ellos especialmente fiero y grande se había merendado a muchos aldeanos y cuando le dieron caza, lo cortaron en trozos y arrojaron de nuevo al río intentando con ello auyentar supersticiosamente los malos augurios. En la parte de río donde tiene lugar el mercado flotante, es donde encontraron los restos de la mandibula de dicho cocodrilo que volvieron a la orilla misteriosamente despues de arrojarlos, y por eso llamaron a este mercado flotante, dientes de cocodrilo.

De nuevo por los canales llegamos a la granja de frutas y piscifactoria, otro tipico agujero turístico en el que te muestran la materia prima del fish & chips al que puedes alimentar basicamente con casi cualquier cosa, incluidos vegetales, y tambien multitud de arboles y arbustos frutales desconocidos para el mundano occidental. Dragon fruit, rambutan, mangosteen, durian, jack fruit...










Poco mas de si ha dado la mañana y a medio día ya estabamos de vuelta en Can tho, listos para el check out y otro viajecito de 130 deliciosos kilometros en bus, para lo que el guia estimo que tardaríamos 4 horas. Aquí es donde nos hemos separado del grupo tan majo que hemos conocido en solo dos días y que seguro volveremos a ver. Un vietnamita, Cang, que vive en Londres, nacido en Hanoi y viajando con su madre que ha cuidado de nosotros sin saber ni una sola palabra de otro idioma pero siempre con una sonrisa en la cara, Stewart de Leeds, tambien vecino de Londres y una familia de franceses de Toulouse que nos han acogido como miembros de su clan y que se encuentran de viaje sabatico un año recorriendo el mundo con sus tres encantadores hijos Alexandre, Alice y Agatha. Aunque con ellos seguimos de viaje hasta Chau doc y mañana hasta Phnom penh.

El viaje ha sido cansado y con poco que reseñar salvo las distintas sorpresas que tiene ver lo que transportan en sus pequeñas motos los vietnamitas. Hoy un tipo llevaba un frigorífico en la parte de atrás de su vespino. Sin palabras. Al llegar a Chau doc nos hemos paseado por las calles y su mercado. Es una ciudad mas humilde y con menos infraestructuras pero la gente ha sido muy amable. Manana cruzaremos la frontera a Camboya. Vietnam queda atrás pero no por mucho tiempo. Pronto volveremos porque este aperitivo de viaje por el pais nos ha abierto el apetito de mas. Hasta pronto Vietnam.


1 comentario:

  1. Me gusta la idea de un año sabatico viajando con el enano. Voy a comentarlo

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