



No obstante, la cantidad de gente a esa hora del día, ya que todos los tours empiezan por ahí, y la luz del sol que sale por detrás del templo, y que hace que las fotos queden a contraluz, nos hicieron variar nuestros planes y comenzar la visita al revés. Empezar visitando los últimos templos a primera hora, cuando todavía no han llegado las masas de turistas y terminar por Angkor Wat con la luz del atardecer bañando la piedra de sus muros (y sobretodo con menos turistas).



Varias veces en este recorrido he pensado que algunos de los templos resisten y resistirán solamente algunos años más y que en breve será difícil acceder a determinadas áreas por la peligrosidad de los desprendimientos o incluso que algunos templos haya que moverlos por completo piedra a piedra para evitar el poder de los arboles y sus raíces.

Quizás un poco soliviantada la magia por los alaridos de miles de ruidosos turistas chinos. No podrán hablar mas bajo o callarse algún rato? Quizás los españoles seamos también un poco así, como los chinos de Europa en ese sentido, pero estos muros invitan a la paz, contemplación y silencio. Muy distinto del bullicio de turistas y la lucha por un hueco para hacer la foto en el lugar determinado en los pocos segundos que tienes hasta que el siguiente visitante te esté empujando para que te vayas y hacerse su foto.


Ahí nos esperaba de nuevo nuestro conductor para llevarnos a ver Angkor Wat, uno de los mas increíbles sitios en los que haya estado. Pudimos ver a muchos monjes budistas visitando esta maravilla, como si de colegios de estudiantes se tratara, con sus profesores y ayudantes, estudiando los magníficos bajorrelieves que muestran las batallas de los reyes Khamer contra los Siameses y rodean el templo a lo largo de facilmente 2 kilómetros de paredes.

Para terminar el día de visitas a los templos, habíamos acordado con el conductor que nos esperara para poder ver la puesta de sol desde lo alto de una montaña cercana. Allí nos dirigimos todos, en procesión, como una manada de borreguitos subiendo la montaña. Un ultimo esfuerzo que se podía hacer a lomos de un elefante por la módica cantidad de 22 dolares, pero que pensamos que aún no estamos lo suficiente mayores y no somos lo suficientemente ricos como para poder permitirnos. 20 minutos de trecking de subida coronados por un nuevo templo al que subir mediante interminables escaleras hasta su cima, era lo que mejor nos venía a todos los que estábamos allí, pero todo fuera por ver atardecer.

aquí no hay nada que ver, señores !!! dispérsense !!! No he visto nada tan gracioso en mucho tiempo.
Y con esas bajamos la montaña, esta vez por el sendero de los elefantes y en su compañía, mucho mas entretenido y vistoso.
Ya de vuelta de los templos, agotados y aplatanados por el calor sólo acertamos a comprar unos insectos fritos para la cena (mayormente grillos y ranas) y unos rollitos mientras planificabamos el siguiente día de visita que empezaba a las 5 de la mañana. Un breve paseo por los puestos del mercado nocturno donde lo mas interesante eran las actuaciones de un travesti vestido de shakira en un escenario improvisado frente a los sillones de masajes de pies, un negocio que abunda en esta ciudad y ciertamente barato. por 4 dolares media hora en un sitio medianamente limpio y decente. Algunos son simples tapaderas de negocios de sexo, aunque también hay bares en las zonas mas turísticas en los que abiertamente se puede ver que son "bares de citas".
Respecto al tema compras, también ha sido una decepción este país. La mayoria de las las cosas son de mala calidad, traídas de china y nada esta hecho a mano. tienen lo mismo en todos los puestos, y los precios son ridiculamente excesivos. Además los vendedores no saben tratar al cliente, son rudos, no tienen dotes comerciales y tampoco son agradables en la negociación, muy distintos a otros países limítrofes. muchas veces cuando te vas del puesto los puedes oír algún comentario en su idioma, como si te insultaran por no comprarles. algunos se ofenden incluso y te insultan en ingles o te llaman mala persona. Y es que están acostumbrados a engañar y estafar al turista, y que uno intente sacar un precio razonable les parece hasta mal. Las cosas que venden son falsificaciones de mala calidad. Te intentan vender piedras preciosas cuando se ve que es cristal tallado, aleaciones de plata de bajo contenido como si fueran plata esterlina, maderas talladas a mano cuando son hechas a maquina, hueso tallado por resina de molde a la que se le ve aún el reborde. En fin.... una decepción. Así que nos llevamos algo de dinero de vuelta que nunca esta mal, y pocos souvenirs en la maleta.
Hoy a las 5 de la mañana salíamos para ver amanecer y seguir con los templos de Angkor. Lamentablemente, un golpe de calor, un torzón, insolación o simplemente una intoxicación por los insectos en mal estado de ayer me han dejado KO para la visita de hoy. Así que el blog del viaje termina inesperadamente aquí con este post inacabado. Mañana salimos de vuelta a Londres. Madre mía que paliza. Igual era mejor haber madrugado el primer día y el ultimo ver la puesta de sol. La próxima vez... o no.
Ciao Cambodia.
Nos has dejado con la intriga del ultimo dia para que tengamos que ir nosotros a verlo en persona. Me gusta.
ResponderEliminarEspero que esteis mejor un abrazo y gracias por hacernos participes del viaje