
Pese a que es un recorrido marcadamente turístico,
es algo para nosotros tan diferente que merece la pena cada uno de
las visitas.
La primera parada fue en casa de unos
locales que nos ofrecieron te, frutas y artesanía hecha en coco a la
vez que tocaban instrumentos locales y cantaban melodías llenas de
disonancias difíciles de entender para nuestro oido.

Obviamente sin que fuera necesario pedir un voluntario, me ofrecí a
probar con un coco a ver mi tecnica para abrirlos. Lamentablemente no
tengo un futuro en este campo laboral, puesto que mi ritmo es mas
bajo de los 1800 cocos abiertos por día, que sale a unos 200 por
hora mas o menos. Ademas el suelo no me convence. 200 cocos por un
dólar...
Lo que si que mereció la pena es ver a
Myriam cargar con una pitón de 40 kilos al cuello. Con el miedo que
le daban antes, me temo que ya no es ninguna sorpresa para ella que
la carguen al cuello con semejante animal, pero sigue dando un
respecto considerable, sobre todo porque aun al tocarla podías
apreciar en su estómago la forma del pollo entero que acababa de
comerse.
A esto le siguió un paseo en un
carricoche motorizado, tirado por una moto de tres ruedas mas
parecida a un carromato gitano, pero con el glamour de que era el
tercer vehículo que llevabamos en el día y sobre todo que nos
ahorró caminar los 2 kilometros a pie hasta nuestro siguiente
destino.
Aquí cogimos el cuarto vehículo, una
pequeña barquita de madera a remo que nos llevó por los estrechos
canales hasta llegar a una casa de comidas en medio de la selva. Alli
pudimos degustar una comida típica del area del mekong, con un
pescado llamado oreja de elefante que gentilmente nos desmigaron en
un rollito vietnamita hecho con una especie de lamina de arroz y
distintas verduras y fideos que estaba para chuparse literalmente los
dedos.

Díria que el viaje
transcurrió sin incidentes, pero cualquiera que haya hecho un
trayecto en autobus por esta zona sabe que la carretera está plagada
de puentes que cruzan los cientos de ramificaciones del rio, y que
cada uno de estos puentes tiene unos baches que te hacen botar medio
metro de tu asiento hasta casi rozar con tu cabeza el techo. Al llegar a destino casi besamos el
suelo. No sólo porque nos esperaba un hotelazo con piscina y
habitaciones de lujo (sinceramente no sé como pueden rentabilizar
este tour que nos ha costado menos de 40$ por barba incluyendo tal
calidad hotelera y excelente ejecución. Bravo por esta agencia,
Totalmente recomendable: The Singhtourist, anteriormente conocida
como The singhcafe, calle Da Tham 246).


Una corta visita al centro de la ciudad
y una cerveza Tiger de 640 ml en la azotea de un bar mirando a la
estatua de Ho Chi Mingh al lado del río culminaron la guinda del
pastel y nos fuimos a dormir con la sensación de haber disfrutado un
dia completo desde la primera hora de la mañana hasta la ultima.
Queridos hijos: Son las ocho y diez de la tarde en Torre. Acabo de gozar de la lectura de vuestro día por el rio M. Esa Naturaleza domesticada por el hombre y ofrecida wen turismo amable a sus semejantes,aunque no lo parezcan,Gracias y nos alegramos de vuestra felicidad,buen ánimo y mejor estomago..así e la vida: un cúmulo de experiencias que solo los que alcanzanla sensibilidad y aprecio a ella son capaces de entender,saborear y aprovechar agradecidos. Demos gr.al Buen Dios porque a´si nos quiere.Amen.
ResponderEliminarNosotros acabamos de llegar.Mañana os daremos más noticias.Un abrazo y que os siente bien..je je..